Cuando se trata de un injerto capilar, una de las dudas más comunes entre los pacientes de Clínica Keller es cuál es la mejor edad para someterse a este tratamiento.
La respuesta no es tan sencilla como una cifra exacta, ya que depende de una variedad de factores individuales, entre ellos la salud capilar general y el grado de pérdida de cabello. Sin embargo, existe información médica importante sobre los rangos de edad más adecuados para este procedimiento, los mitos que lo rodean y las alternativas disponibles. Conoce todos los detalles de la mano del doctor Luciano Montini, director médico de Clínica Keller.
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¿A qué edad es recomendable realizarse un injerto capilar?
No existe una edad mínima estricta, pero sí una recomendada desde el punto de vista médico. Por lo general, los especialistas desaconsejan realizar injertos antes de los 25 años, salvo casos muy específicos, como cicatrices o alopecias completamente estabilizadas.
Esto se debe a que, antes de los 25 años, la alopecia androgenética suele estar aún en evolución. Si se realiza un injerto con la caída activa, el cabello implantado permanecerá, pero el nativo seguirá cayendo, lo que puede generar resultados poco naturales con el tiempo, como zonas “aisladas” de cabello injertado rodeadas de áreas despobladas.
La franja más común para someterse a un injerto capilar se sitúa entre los 30 y 45 años. En esta etapa, el patrón de caída acostumbra a estar más estabilizado, lo que permite planificar el implante con mayor previsibilidad, optimizar la zona donante y diseñar un resultado natural y duradero. En cualquier caso, la edad no es el único criterio: la calidad del cuero cabelludo, la densidad folicular y el historial familiar de alopecia son factores determinantes.
Aspectos a tener en cuenta en un injerto capilar según la edad
Pacientes jóvenes: riesgos y precauciones
Realizar un injerto capilar en edades tempranas implica riesgos que deben valorarse con especial cautela. La alopecia androgenética es progresiva, por ello, un injerto realizado antes de tiempo puede requerir cirugías adicionales a medida que avanza el patrón de caída. Además, la zona donante —normalmente el área posterior y lateral de la cabeza— es limitada por naturaleza podría sobreexplotarse si se usa en exceso al comenzar con injertos demasiado pronto, comprometiendo la disponibilidad de folículos para futuros procedimientos.
Para minimizar estos riesgos en pacientes menores de 25 años, el doctor Montini recomienda estabilizar previamente la caída mediante tratamiento médico con finasteride y minoxidil durante al menos 6 y 12 meses. En Clínica Keller, los pacientes jóvenes suelen iniciar un tratamiento exclusivo de prevención que combina mesoterapia capilar y medicación específica para reforzar la densidad y retrasar la progresión de la alopecia, priorizando la preservación antes que la cirugía.
Pacientes de mayor edad: calidad folicular y expectativas
De la misma manera que no hay una edad mínima para realizarse un injerto capilar, tampoco existe una edad máxima para someterse a esta intervención. “Pacientes sanos de 70 años pueden tener buenos resultados si la zona donante es sólida”, indica el doctor Montini.
La clave no es la edad cronológica, sino la calidad de los folículos, que pueden volverse más finos o menos densos con el paso del tiempo, así como la elasticidad de la piel, que puede influir en la recuperación y en la densidad final del resultado. Además, puede existir una mayor dificultad para cicatrizar.
En ese sentido, la técnica FUE con Zafiro es ideal para llevar a cabo un injerto capilar. Por un lado, los folículos capilares se extraen e injertan de manera individual, por lo que su manejo es más preciso y el cuero cabelludo sufre menos. Por otro lado, esta técnica emplea instrumentos con cuchillas de zafiro mucho más afiladas que otros materiales quirúrgicos. Esto permite realizar incisiones más pequeñas y precisas, lo que favorece el posoperatorio. Gracias a estas características, este método es mínimamente invasivo y genera cicatrices prácticamente imperceptibles.
En cualquier caso, cual sea la edad del paciente que acude a la consulta de Clínica Keller, siempre realizamos una evaluación exhaustiva para determinar el tipo y grado de alopecia, comprobar su historial médico y establecer el mejor tratamiento para su caso.
Entonces, ¿cuándo es mejor realizar el injerto?
Sea cual sea la edad, lo mejor es llevar a cabo la intervención en fases intermedias o avanzadas de alopecia, pero estables. En fases iniciales no es necesario ya que aún se conserva gran parte del cabello. Lo mejor es que existan áreas definidas de pérdida y que la alopecia esté relativamente controlada, ya sea por evolución natural o tratamiento médico.
Determinar el momento idóneo para un injerto capilar también está influenciado por otros factores. El tipo de alopecia, la densidad y grosor del pelo en la zona donante, el contraste entre piel y cabello, la salud general y, especialmente, el historial familiar de calvicie influyen de manera significativa en la planificación del injerto. Si existe un historial de alopecias extensas en la familia, el especialista diseñará una línea frontal más conservadora y un diseño que anticipe esa progresión para evitar resultados antinaturales según avance la caída.
Diagnóstico personalizado: el factor decisivo
En conclusión, el momento ideal para hacerse un injerto capilar es una cuestión que depende más de la estabilidad del patrón de caída del cabello que de una edad específica. Aunque la técnica FUE con Zafiro es adecuada para una amplia variedad de pacientes, es fundamental realizar una evaluación médica detallada para asegurar que el tratamiento sea lo más adecuado para cada caso.
En Clínica Keller, acompañamos a cada paciente en la valoración médica, el tratamiento previo cuando es necesario y la planificación quirúrgica más adecuada según su edad, evolución capilar y expectativas clínicas.
